Y así fue como . . .

Y todo empezó cuando era niña. Desde que tengo uso de razón recuerdo haber visto dibujos con características curiosas, cabellos y ojos multicolor, ropa extravagante, animales que hablaban, super poderes (yo quería volar & elevar mi ki) y muchas cosas más. Además de que la mayoría (por no decir todos) de sus gráficos son de trazos delicados que se asemejan mucho a las características de los seres humanos.

Esos dibujitos siempre los vi, no solo porque me llamaban la atención ellos en si, sino porque la trama de sus historias me gustaban, me hacían desear esperar hasta el próximo día para ver que sucedía en el siguiente capítulo.

Esos dibujos empecé a verlos gracias a la influencia de mis hermanos, gracias a ellos me volví seguidora de muchas cosas, ellos influyeron en mi para que me gusten ciertas cosas y en este caso no fueron la excepción.

Recuerdo que con ellos muy animadamente mirábamos Dragon Ball, Super Campeones, Caballeros del Zodiaco, La visión de Escaflowne, Sailor Moon, Candy, etc etc. Con ellos he visto muchos animes,me enseñaron a verlos, compartía con ellos sus gustos que luego pasaron a ser míos también.

Fue así como primero me “pegué” con los dibujitos, nunca me llamaron la atención los actores, los de carne y hueso, siempre era: “Que lindo es Shaoran”, “Quiero un Terry” (lo sé, tonto porque son dibujos), pero a los vivitos a TODOS sin excepción alguna les decía “CHINOS”, TODOS me parecía iguales y hasta en muchos casos me parecía poco agraciados.

 

Pero muchos tienen razón al decir que las cosas, y gustos, cambian. Cuando tenía 7 años miré una serie que me gustó, no tanto por la trama (porque en realidad me parecían muy sufridos), sino porque el chico que salía ahí me parecía “lindo”, palabra que curiosamente utilizaba para mis adorados dibujitos; esa serie se llama “Un deseo en las estrellas”, fue la primera seria que vi. Pero luego pasaron los años y seguía “pegada” con mis dibujitos.

Luego vino el gusto por la música de los animes, me gustaba escuchar las canciones completas y no solo el minuto y medio que ponían antes de que empiece; buscaba en internet las melodías pero siempre encontraba videos con cortos del anime y nunca con los que cantaban en realidad; hasta ese entonces buscaba evitar algún contacto con asiáticos en si, no me gustaban ni me llamaban la atención.

Pero todo cambió y ahora si digo TODO, cuando un DVD llegó a mis manos. “¡Genial!” ese DVD contenía videos de jaladitos, videoclips para ser más precisa, cuando lo vi no me gustó mucho (y eso que había ahí un videoclip del primer grupo asiático que seguí), pero hubo una canción en inglés que me encantó y en el intento de encontrarla encontré una serie japonesa que terminé amando.

Lo sé, las cosas pasan por algo, como digo con mi hermana, por algo es que hemos llegado a conocerlos. Es que es más que obvio, si al principio no me gustaban, y ahora los ADORO (Sí, demasiado hincha), es por algo; es un cambio radical que ambas sufrimos; y eso sí, ahora no puedo ni debo decir que los “culpables” son mis hermanos, porque ellos solo me presentaron a los animes, no a los que están detrás de sus canciones.

Y sé, bueno eso creo, que como a mí, a muchos les ha pasado lo mismo; claro, no se han pegado tanto, pero si algo.

Conozco a algunos que dicen que no les gustan los animes, pero se han visto todo Super Campeones; otros que dicen que no les gusta su música, pero se saben de memoria todos los openings de Dragon Ball; y quienes dicen que no les gusta moda, pero llevan cortes de cabello similares, ropas parecidas y ni que decir de los accesorios.

Pienso que es algo inconsciente que nos guste algo, porque de alguna manera nos hemos visto o hemos estado involucrados dentro de este mundo Asiático. 

¿Y alguien dice que no le gusta este mundo?